Habían salido desde el aeropuerto de Barcelona y el vuelo había sido tranquilo hasta la Polinesia Francesa y de ahí tomaron una avioneta que los llevó hasta Bora Bora donde pasarían al menos 10 días celebrando su primer mes juntos. Durante el vuelo en avioneta, Giordano vendó los ojos de Arwel para que al llegar al lugar fuera una sorpresa. En el hotel, se encargó del registro y todo lo necesario para su estancia y una vez que terminaron de registrarse, caminó con su novio hasta su cabaña una vez en la puerta, le quitó la venda. -Bienvenido al paraíso, cariño.
Digamos que es nuestra segunda cita...—Correspondió el beso de su novio mientras lo rodeaba con sus brazos acercándolo a la escalerilla que bajaba hacia el agua.— Pues es para que celebremos el placer de estar juntos.
