Nada más satisfactorio que llegar a un pueblo en donde lo primero que ve es la puerta y el cartel de abierto de uno de los tantos restaurantes del lugar. A paso lento pero con cierta felicidad, le guiaba para que lo acompañase dentro del establecimiento en donde algunas personas aguardaban dentro. Tiene suficiente dinero como para cubrir sus gastos que al fin y al cabo son grandes, no come en porciones pequeñas y además, queía que su neuvo amigo le acompañase. Todo lo que hizo fue mover una silla para que el se siente primero mientras este toma una carta con todo lo que iba a pedir. El mesero que atendió su solicitud de comida no creía lo que ve ¡ha marcado toda la carta!
—¡Y dese prisa por favor! No se olvide, una botella de vino también —
