-Aquella voz tan familiar la tomó de sorpresa puesto que asumió se encontraba sola en la oscuridad de su alcoba, quedar rodeada entre los fuertes y firmes brazos de su protector tranquilizó toda perturbación que la noche traía consigo y con cada palabra dió paso a un mar de nuevas sensaciones.

Una sonrisa de soslayo se dibujó en sus labios, los ajenos que atraparon con suma delicadeza el lóbulo de su oreja la hizo soltar un leve suspiro uno del cual el solo sería complice-

..mn...E..enzo cariño….

apenas logró articular su nombre puesto que cuando imagino le dio una pausa aquella mordida en su tersa piel provocó un sonrojo muy acentuado y otros suspiros más acompañaban nuevamente el llamado de su hombre, tras aquella situación la mujer giró sobre sus talones solo para toparse con aquellos ojos devoradores y posesivos, elevó su diestra en una caricia a la mejilla ajena buscando con el tacto descender a su cuello-