— Te equivocas, ninguna justicia es tardía. No hablo de una venganza, en su momento, tuve la oportunidad de cobrar venganza por mi propia mano a esas personas que tanto daño me hicieron. Somos brujas, pero al igual, mujeres rotas y lastimadas por personas que se dejaron consumir por la avaricia y el poder. Muchas veces, los humanos le temen a lo que no conocen ¿Sabes cuál es la mejor manera de erradicar sus temores?, extinguiendolos. Apagar su llama. Es su instinto de naturaleza más primitivo, pero las que pagamos las consecuencias, fuimos nosotras. Nuestras abuelas, nuestras madres, nuestras hermanas. —

Sonrió de lado, bella y encantadora sonrisa, cual si se tratase de un ángel, sin embargo, era todo lo contrario. Cruzó los brazos con elegancia y contempló el fuego de la fogata que consumía el carbón y la leña de combustible.