— Bueno las garras las sé usar muy bien y eres digna de ver mi belleza.
Mencionó para quitarse esa máscara blanca y exhibir su rostro ante la dama, percatándose que la joven tenía una belleza sin par única, así que no dejaba de verla ni un instante, solo tallaba en su memoria cada linea, cada expresión de ese juvenil rostro de la presente.