*la entrada en aquel lugar fue como una ola que rompe en la orilla. Todas las miradas se centraron en mi presencia, el murmullo cesó. No le importaba la atención que llamaba, pero era consciente de que no pasaría desapercibido en ningún lugar. la luz es tenue pero suficiente, y su decoración era claramente de una época antigua, donde los corsarios y saqueadores reinaban.
La dueña del lugar, una mujer de larga cabellera carmesí. Erza Scarlet era su nombre, y era conocida en aquel lugar por su valentía y su espíritu indomable. Sabía que no era un extraño en aquel lugar, pero no podía evitar sentir una extraña conexión con aquel ambiente, tan familiar a sus recuerdos.
Avanza con paso firme hacia la barra, escuchándose cada paso que daba. se detuvo cerca de la dueña del lugar, sintiéndose obligado a quitarse la bufanda del rostro. No tenía miedo de ser reconocido, pero prefería mantener cierta discreción*
