Los sirvientes trabajaron diligentemente bajo la guía de Eremes, y pronto todo el banquete estuvo preparado. La mesa estaba cuidadosamente decorada con las flores que Eremes había seleccionado, y los platos estaban dispuestos de manera hermosa y apetitosa.
Eremes observó con satisfacción el resultado de su trabajo y agradeció a los sirvientes por su ayuda.
**Desde lo alto la rubia sonríe al ver a lo lejos la gallarda figura masculina de quien siempre a tenido su corazón. Y aunque su primer impulso le dice que vuele directamente a los brazos del Normano, su razonamiento frena sus deseos.
Moviendo las alas despacio mientras va descendiendo la Diosa puede ver a los habitantes Asgardianos y su alegría al verla, la rubia ni podía pasar aquellos vitoreos por alto,así que en lugar de descender directamente en la puesta de la mansión de la señorita Hilda,se dio el lujo de hacerlo en el extremo más alejado de la calle principal de la aldea,y así flotar sobre el suelo con sus pies descalzos que no tocan la nieve, saludando y agradeciendo a los lugareños y otorgando pequeños obsequios cómo oro y otras cosas que son para ellos de invaluable apoyo para su forma de vida bajo aquellas condiciones climáticas. Guardando por su puesto el mallor obsequio para la anfitriona.
Una vez frente a la escalinata de la mansión donde los ojos de Eremes e Hild
