[code]Una autómata asesina andante mostraba su gigantesca sonrisa macabra y sus refulgientes írises escarlatas satisfechos de gula y codicia, avanzó claveteando más incesante y celosamente el punzocortante artefacto dentro del cuerpo de su Subaru, "su posesión", lo arrastraba con tanto rencor.

—Dime~ ¿Cuántas veces más vamos a repetir ésta misma escena?

Había instinto de lujuria al tumbarlo al suelo y montarlo rezando con esa vocesita dulce y casi religiosa mientras saboreaba la sangre que emanaba de la hemorragia y comenzaba a salpicar a raudales como un surtidor. Cínica y envidiosa, bajó el criminal rostro de ángel mientras arrastraba la lengua sobre su cara con fanatismo y euforia de poder depredarlo a su antojo. ¿Cuál de todos los pecados le confería a él? Ah sí...

—Mentira. Eres mentira. Dime como todas las veces anteriores que la amas más a ella que a mí...[/code]