Me temo que no soy a quién buscaba... Mi nombre es Edrielle, al menos así es como me llaman ellos.

-Ladeó ligeramente su cabeza al ver aquel comportamiento un tanto extraño. Podía percibir lo preocupado y asustado que estaba. Quizás era su culpa por aparecer de la nada y se sintió un poco culpable porque no quería hacerle pasar un disgusto.

Se fue acercando cautelosa, no quería provocar otra reacción negativa en el varón, así que cuando se sintió en confianza apoyó la palma de la mano sobre la mejilla del hombre, dándole una suave caricia. Quería brindarle un poco de apoyo y calma, esperando que con esa acción realizada pudiera ayudarlo en algo.-

Puedo... Puedo ayudarle a buscar a su persona perdida.