**Quedó pasmado por unos segundos tras verla, sus ojos parecían un par de discos al encontrarse bien abiertos pues no podía creer lo que veía ante él. No hubo respuesta de su parte, pues se encontraba paralizado en una peculiar mezcla de terror, alivio y sorpresa, así, mientras derramó una gota de sudor frío, mientras una brisa subió a través de su espalda.

— ¿Eh? No eres... Sibyl ¿Cierto? — Respondió titubeante, mientras sus manos temblorosas buscaron entre sus bolsillos su estuche de cigarrillos para calmar la ansiedad. — Lo lamento... creo haberle confundido...— actuaba como si hubiera visto un fantasma, ya a estas alturas, su rostro se había palidecido y sus piernas comenzaban a perder su firmeza.**