*Elevó ambas cejas, sin comprender porque lo hacía, sin entender por más que la curiosidad tocaba a puerta de sus labios para bombardearlo de dudas y posibles enojos infantiles por ignorar sus palabras. Fue entonces que un segundo beso la desorbitó. Y antes de poder decir más, el color tenue en sus mejillas se presentó, llamando la atencion por el encima de color azul de su cabello. Por escasos segundos pudo determinar que esa sensación era extraña, que le había gustado, pero, no podía permitirse un beso más sin que fueran algo especial. *
─ La próxima vez que me muestres aprecio o algo así, asegúrate de no ser sólo mi compañero o amigo. ─ Culminó con un tintineo en sus labios y se separó de él no sin antes ella robarle un beso más, pequeño y tronador.
─ Te espero en mi casa a terminar, Yo haré lo demás, ¿Sí, Sí? ─ Salió de la habitación aún con todo y rubor.