Night City era un lugar atrapante, y aquellos con fuerza de voluntad baja no solían salir bien parados entre tentaciones y adicciones que eran constantes en ese infierno de neón que los rodeaba. Dreizhen no era la excepción de aquello, al menos hacía unos meses. Las constantes pérdidas de seres queridos y amigos le habían hecho un adicto, pero no adicto a las drogas o estimulantes, ni siquiera el alcohol o el cromo era su verdadero problema. Antes de conocer a R7 su obsesión era con la muerte, y el pensar en vivir solo en el presente ya que esta podría llegarle (..)
Al instante en que acerco su rostro al de ella, inmediatamente cerro los ojos, empezando a comprender esa clase de gestos, para así corresponder de una manera dulce y delicada al beso. Pasando algunos segundos así, una vez este se alejaba, volvió a entreabrir sus ojos, sintiendo aquella habitual agitación en el pecho. ━━ ¿A… Adorable? ━━ Musito, mientras caminaba hacia el frente, recargando su cabeza en el hombro de Dreizhen.
El entorno que los rodeaba no era para nada alentador, pero R-7 parecía estar cegada a las circunstancias, cuando iba en compañía de su amado compañero. Aun así, esa calma pareció esfumarse por un instante en cuanto el joven solicito su guía en el camino. ━━ ¿Yo? Cielos… No es usual que yo elija eso, pero… Hare lo mejor que pueda. ━━ Respondió, asintiendo varias veces, sin dejar de abrazar su brazo para llevarlo hacia la dirección que según recordaba. (…)
