-Ambas bestias resultan ser perfectas y encantadoras a la vista de Sapphire, quién se sentó sobre el piso y comenzó acariciar el suave pelaje del enorme y oscuro felino.-
- Estás precioso ¿Dime cómo te llamas? -Mientras acaricia a la pantera, viró su vista al ave demoníaca, resultando ser tan parlanchina y bastante excentrica.-
- Pajarillo azul, ven... Quisiera acariciarte. Eres muy bonita. -Comentó con esa notable inocencia, agena a la verdadera naturaleza de ambos seres. Por supuesto, estaba tan ensimismada con ambos que dejaría al joven V descansar de nuevo, aún mientras él pueda hacerlo y aún éste oscuro.-