La joven fué encontrada por uno de sus antigüos pretendientes. Un vampiro llamado Shinichi, príncipe de su clan, quien la creyó muerta, transformándola así en vampiro. En éste tiempo, cuando despertó fué venerada y presentada como hermana menor de Shinichi, todos los vampiros se inclinaban ante ella encantados con su belleza, amabilidad y dulzura. Todo parecía ir bien en la vida de Pandora, entrenaba en las noches, cazaba y charlaba conviviendo con los vampiros, hasta que cierta noche, después de una batalla amistosa, ella limpiaba su Katana en la orilla de un lago donde Azatoth la interceptó. Al ver que no recordaba nada intentó reconquistarla pero en vano, para recuperarla, el Dios del Caos (como lo llamaba Hades), informó de inmediato a éste último. Hades no perdió más tiempo y dirigió a un grupo de espectros para traerla de regreso. Justo cuando ella se encontraba lejos de los territorios del clan.