Al tiempo que ella le hacía alejar la mano, él alzó un poco el rostro y estiró el cuello, prácticamente dándole entrada al mismo. Las palabras ajenas provocaron una sonrisa que deambulaba entre la sorna y la coquetería, mismas que se vieron reflejadas en su respuesta. — I kinda wouldn't mind if you did. — Las últimas palabras que expresaba parecieron diluirse en un suspiro cuando la elongada y viperina lengua ajena recorrió la herida fresca. La succión misma realzó la sensación, y le hizo cerrar los ojos durante un breve instante, mordiéndose el labio inferior. — ... You're thirsty today, aren't you?