- Habia salido de paseo por la ciudad, aquella noche deseaba alimentarse y distraerse un poco con el bullicio. Sería de pronto que sentiría un aroma conocido, su propia sangre bajando desde su ojo izquierdo por su rostro. Movió su lengua hacia aquella zona para limpiar un poco más en vano, la sangre no paraba y debió meterse por un callejón antes de llamar la atención de los humanos -
**No es como si el azabache no se diese cuenta del dolor que la chica está experimentando, y que, de alguna manera lo padece antes del encuentro. Sin embargo tampoco demuestra demasiada empatía por ése hecho. Mas cuando ella le pide aquello, mencionando esa promesa, él apenas ladea la cabeza, para luego reír de manera mofona y entre dientes.** ¿Una promesa? **Simplemente, el motivo le parece absurdo; aunque para él es respetable que ella haya decidido encararlo, en lugar de suplicar por su vida, como otros seres. Por lo que, en ese momento es cuando retira las llamas. Una vez retirada, él se acerca con tranquilidad hacia ella.** ¿Qué pasaría si rompes esa promesa...? **Inquiere él con frialdad, para luego añadir, esbozando una sonrisa gélida y con un dejo de maldad.** Si la rompes... ¿vendría por mi?
