—¡Jötunn! — exclamó al término del canto para su ritual, no tenía pudo alguno así así se giro suavemente para encontrarse con su viejo amigo. Sonrió ampliamente hasta mostrar la pulcra dentadura, a su vez hizo una pequeña reverencia para el más alto. —Me conoces algunos pero no todos. — deja lo que ocupaban sus manos en la mesa de concreto y busca una copa para darle un sorbo y luego ofrecersela al "lobo". —¡Lo eres y siempre lo serás! Me acompañas? — exclamó con emoción y animo, nada como la bendición de viejas visitas a su morada y más en un ritual como lo era este, el de luna nueva, por la cosecha venidera y la preparación para el invierno al que se acercan con mas rapidez de la que desea.