Alza una ceja instantáneamente, no sólo por los comentarios, sino por la futura acción que él está por realizar, misma a la que reacciona anteponiendo su diestra sobre el pecho ajeno apenas y en un toque que no compromete más cercanía de la necesaria, ello, para frenarlo– Ojalá el afecto y la procrastinación rindieran frutos beneficiosos, pero el primero genera dependencia... –hace cara de fastidio, casi asco hasta resoplar– Y lo segundo, una perdida de tiempo valiosa. Pero el café, ese sí puedo aceptarlo.