-Éste apuraba el paso para encontrarse con su pequeña y adorable amiga. Llegando ya frente a ella, suspendió un instante el gesto alegre, en cambio uno de reflexión ocupó su lugar. ¿Además de las vides, que había encontrado?-
Saben, Bani... Creo que por aquí... -Señaló un árbol apartado que parecía ocultar tras si una especie de.. Cueva.-
Encontré... !Un árbol de almendras! les traeré varios, aguarden. -Y dicho esto dejó el lugar que ocupaba con la niña, sus alegres piececillos se embalaban lo más rápido que podía. No es que comer le llame más que una aventura, pero no había localizado aún en concreto la cueva. Y pensó que algo de guarniciones para el camino no iba a ser una molestia.-