La pequeña cabecita de la Sailor se encontraba hundida en su acolchonada madriguera echa con cobijas, al escuchar aquella voz tan ya conocida para ella abrió lentamente aquel par de enormes ojos azules mientras con cuidado iba sacando primeramente aquel par de curiosos chonguitos para después exhibir la mitad de su rostro y finalmente dejar escapar su cabeza del interior de su acogedor refugio, un amplio bostezo resonaría del interior de aquel carnoso par de gajos rosados para sutilmente guiar su diestra en un pequeño puño hasta su ojito derecho y frotarlo con cuidado.

- Ñyam Ñyam, buenos días (?) -

Pasaban de las cuatro de la tarde sin embargo y a pesar de haber descansado todo el día respondía de manera adormilada y perezosa (?)