[code]La vida de una oficinista era relativamente tranquila y rutinaria, los días de Retsy se habían resumido en trabajo, yoga, clases de manejo, internet y dormir, y a veces sentía que no estaba llegando hacia ningún lado, Retsy tenía una vida promedio, su salario si bien le permitía darse algunos lujos la joven no era demasiado extravagante, prefería una deliciosa comida echa en casa, un café o cerveza, y una tarde cantando en un karaoke al lado de sus dos mejores amigas.

Ya era casi de madrugada y Retsy aún no terminaba los pendientes que el director Ton le había encargado, a veces sentía que disfrutaba torturándola al darle mayor trabajo que a los demás, aunque probablemente ella se lo ganaba por jamás decir nada, suspiro pesadamente mientras se estiraba, definitivamente no regresaría a casa, salió para poder comparar algo para cenar y regresar a trabajar sin embargo sus ojos se cruzaron con los de un joven [/code]