Lo tomo entre sus manos, casi arrebatándolo pero sin ser brusca.

-Por supuesto que quiero leerlo y por supuesto me vas a enseñar a leerlo-

Le sonrió desafiante y con algo de maldad. Hasta que sintió como le tomó del mentón, su semblante volvió a una postura normal y le miro fijamente, no se dejaría intimidar por un demonio ancestral, era tan vieja como las sangre que corría por las venas de la pelirroja.

- Que te haga provecho. Demonio mañoso...-

Ladeo la cabeza para safarse delicadamente, no le gustaba que se aprovechara tanto de su ser.