Zet, no importa como trates de llamarlo... es huir. -Se sentó un tanto mas erguido por breve tiempo y luego se recostó en la silla, llegando a inclinarse un poco hacia atrás hasta que la silla solo se sostenía con las patas traseras, se mece un poco.- ¿Darás el gusto de que te vean mal, Zet? Si te vas, lograrás dar el placer de verte destruido, ¿Dónde quedó mi hermano altanero e irreverente?