Había ocurrido algo terrible, durante la tarde, en el instituto se dio un escándalo sobre la identidad de una chica y su trabajo nocturno en línea. No faltaba, por supuesto, aquel ser abusivo que antojado por la perversidad y la extorsión buscaría aprovecharse de la situación… o peor todavía, de ella. Aquel hombre vehemente insistía con los demás chicos del instituto para que le ayudarán, pero nadie terminó apoyándolo. Aleister llevaría un cuidadoso seguimiento de la chica desde la oscuridad de la muchedumbre y las calles, cuidando que nada le pasará. Así habría sido hasta que percibió aquellas vocecillas que hablaban respecto de él desde una oscuridad más profunda.

—… —se limitó a escucharlos por un momento, así como omitió por completo la imitación de Kimi y actuó con naturalidad—. ¿Puedo ayudarles en algo?