no, si la cabeza ya la perdí desde hace tiempo

-dijo riendo un poco, manteniendo su mirada fija en la mujer, el verla comer, de cierta forma le agradaba, desde la primera vez que le preparó fideos, desde aquella vez que cazaron al ciervo, le agradaba verla comer, era como una necesidad de alimentarla.

Dejó que se limpiase con su antebrazo aquellos restos de sangre de su boca, no le molestaba para nada que ella lo hiciera, sin embargo, al escuchar su petición, por un lado dudaba un poco, recordaba todo lo que había dicho aquel espíritu de caza le rondaba por la cabeza, "aquel que come carne humana se vuelve vulnerable al wyrm". Por un momento lo pensó, sin embargo, esos ojos que le veían en ese momento le convencieron, y así, acercó su boca a dar una mordida a aquel órgano, disfrutando de aquel sabor tan especial de las entrañas, un sabor que por lo menos consiente, jamas había probado, un sabor único y al momento de tragar ese bocado, decidió dar un segundo mordisco-

esta del