-No creí que... Fuera más difícil... -Argumentó con desánimo en su voz y su mirada que yace cabizbaja, postergando su mente en la más devastadora preocupación a una serie de problemas que no logra comprender, y peor aún, encontrar una solución.-

-Necesito ayuda... -Fué lo único que expresó con bastante desanimo y tristeza, ahora sin poseer un plan B. Por breves momentos, quedó pensativa y en silenco tras saber que su plan ha fracaso una vez más por intentar algo realmente peligroso, después soltó un suspiro de resignación y en última instancia, sustrajo de su cuaderno una bonita tarjeta ilustrada e iluminada con crayones.-

-Es una pena que no pueda ser un vampiro, aunque le agradezco su ayuda. Disculpe, no tengo nada que poder dar a cambio, pero me gustaría que usted asista. -Entregó dicha tarjeta a la mujer, siendo más una formal invitación a un evento escolar.- -Me gustaría mucho que fuese mi acompañante. Sería lindo tener su asistencia.