—Así que por eso llegó tan contento...— Sonrió ligeramente al escuchar a Avan, al menos sabía que Cirylle tendría un matrimonio, si bien no feliz, si mínimamente llevadero —Bueno, eso está bien, por lo menos podrá estar tranquilo una vez que salga de casa... ¡Ah sí! Quería pedirte un favor— De entre sus ropas sacó un joyero de cuero rojo que le extendió al mayor —Es el regalo de bodas que conseguí para ustedes, quería dárselos el día de, pero no creo poder, así que te lo dejaré a ti, no confío en ninguno de mis hermanos para resguardarlo— Dentro del joyero había un par de brazaletes de pareja antiguos de oro blanco y joyas preciosas, se veían recién pulidos aunque no dejaba de notarse que eran antigüedades.