Tranquila, éramos unas niñas cuando todo eso sucedió. Y de alguna manera, tenemos mucho tiempo para vivir y disfrutar esta longeva vida que nos dejaron nuestros padres.

- Respondió en un tono sincero y sereno, una aparte que era la verdadera personalidad de Aika. Si bien no le guardaba rencor a su hermana y en algún momento si llegó a reprochar que ella le causó todas sus desgracias, aminoró ese sentimiento, creció y entendió que eran muy jóvenes y tontas en ese tiempo, que pensaban que podían comerse la vida de un solo bocado, así que no había rencores ni culpas, y si bien tuvo que vivir una vida dolorosa, diferente a la de su hermana, Aika se sentía satisfecha y aún más al estar con su verdadera familia. -

También te amo, Aiko. Y pase lo que pase, siempre serás mi hermana. Aunque seas revoltosa, siempre te querré y amaré tal como eres, con todo y tus defectos y tus chamacos irrespetuosos. {?}