Recibió el beso, lo correspondió y se aferró a la cintura de su mujer.

— Mis planes son estar aquí, contigo.

Alzó los brazos lo suficiente para rodear el cuello ajeno, apegarse y dejar la vista fija en ella. ¿Cómo no hacerlo? Hasta un suspiro profundo y poco disimulado robó de la rubia en ese instante. Hizo lo propio y depositó un beso sobre los labios de la diva.

—¿Tienes planes para más tarde?

— Ahora sí. Aquí me tienes.

Con la mano que había tomado su mentón le hace alzar un tanto la cabeza. Solo para aproximarse más y dejarle un beso sobre la punta de la nariz.

—¿Sola? Lo dudo mucho. —Sus atenciones habían estado justo en el móvil, pero deja este de lado y lo guarda entre su indumentaria, prestando total atención a su compañera. —Si te tengo aquí.

— Tan linda y sola.

Le acaricia el mentón sin ningún problema acerca del espacio personal.